El Excel de Escrivá o cómo cuadrar a capón la reforma de las pensiones
El PP pidió al Gobierno que sustentara con datos creíbles la reforma de las pensiones para poder votar a favor de la misma y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ni corto ni perezoso, envió un Excel de tres páginas a Génova en el que cifró un crecimiento del PIB del 2% en 2025 -año que Moncloa ha pactado con Bruselas para que Europa realice la primera inspección del plan-. La hoja de cálculo del ministro no era otra cosa que una chapuza para salir del paso, un bodrio sin pies ni cabeza, como si Escrivá hubiera ordenado a alguien de su equipo que mandara al PP lo primero que se le ocurriera para callarles la boca. El incremento económico previsto por Escrivá se parece como un huevo a una castaña al crecimiento previsto por el propio Gobierno para el citado ejercicio, que se queda en el 1,8%, una desviación que, en materia económica, es considerable. Porque esas dos décimas descuadran por completo el plan que el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social presentó en Europa. Como las cuentas de Escrivá no salen, el ministro las cuadra a capón, inflándolas a conveniencia y con errores de bulto como que la tasa de desempleo en 2050 rondará el 5%. Todo un alarde de optimismo. Por supuesto, el PP, visto el rigor del plan del ministro Escrivá, votará en contra de la reforma de las pensiones por «ser no viable».
La estrategia del Gobierno es clara: tirar hacia adelante, ganar tiempo y, si las cuentas no salen, que las arregle el que venga. El problema es que «el que venga» puede ser el PP, al que puede explotarle en las manos una reforma de las pensiones que no se sostiene. Si el Ministerio de Seguridad Social exhibe en todos los asuntos de su incumbencia el mismo rigor que ha mostrado en el Excel enviado el PP ya podemos ir cruzando los dedos.
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